miércoles, 24 de abril de 2013

Resúmenes y Objeciones Sto Tomás


Resumen de las vías

Primera Vía
Esta vía habla del movimiento que es observable por los sentidos. En la primera vía, Santo Tomas es influido por Aristóteles y Averroes. En primer lugar, para demostrar la existencia de Dios, Sto Tomás parte de un fenómeno natural observable: hay movimiento en el mundo. Define el movimiento como el paso de potencia al acto. Todo lo que se mueve es movido por otro, este es el principio de causalidad, que niega el automovimiento. Por ejemplo, un tren compuesto por distintos vagones en movimiento, los vagones son movidos por una locomotora, éste sería el primer motor y el resto de vagones serían los motores intermedios. No podríamos remontarnos al infinito en esta serie de vagones sin llegar nunca a la locomotora. Es decir, lo que se mueve tiene que estar en potencia respecto de aquello hacia lo que se mueve y, por lo tanto, no puede moverse a sí mismo.
El proceso por el que una cosa mueve a otra no se puede prolongar indefinidamente puesto que en tal caso no se llegaría al primero que mueve y no habría motor alguno ni movimiento, pues los motores intermedios no mueven más que porque son movidos por otro. El primer motor que no es movido por nadie, y que causa el movimiento de los otros, es Dios.

      Segunda vía
Se encuentra influenciada por Aristóteles. Trata de la demostración de la existencia  de Dios, a partir de la existencia de causas eficientes. En el mundo hay un orden de causas eficientes, pero nada es causa de si mismo, porque seria anterior a si mismo. Es decir, no podemos  afirmar, que seamos la causa de nuestra propia existencia; es obligatorio que haya una causa externa por la cual existimos. Por ejemplo: Una niña está en el mundo debido al parto de su madre, a su vez la causa de la existencia de la madre es la abuela y así sucesivamente.  Si se quita la causa, desaparece el efecto, por lo que si en el orden de las causas eficientes no existiera la primera, no se daría tampoco ni la última ni la intermedia; si llevásemos hasta el infinito la serie de las causas, no existiría la primera causa eficiente, ni habría efecto último, ni causa intermedia.
Por lo tanto, no podemos remontarnos al infinito, porque esto no tendría ningún sentido, así que necesitamos aceptar la existencia de una primera causa, fuente de todas las demás, no causada por nada y esta causa es DIOS.

Tercera vía
 En esta vía, el autor es influenciado por Avicena, Aristóteles y Maimónides. Es llamada vía de la contingencia. La contingencia es el modo de ser de lo que no es necesario ni imposible, sino que puede ser o no ser el caso.  Y esta vía  parte de que en la naturaleza, hay seres contingentes, es decir, que pueden ser de otra manera, pueden existir o no existir. Cualquiera de nosotros existe hoy pero podría no existir mañana, o simplemente no haber existido nunca. Cualquier ser es contingente. Cualquier ser que existe, no empieza a existir más que por algo que ya existe. Por tanto si hubo un tiempo en el que nada existió, es imposible que empezara a existir algo. La experiencia nos muestra que las cosas pueden existir o no existir, pues pueden ser producidas o destruidas.
Por lo tanto tenemos  que aceptar la existencia de un ser que no sea contingente, es decir que sea necesario y esto significa que ha existido siempre, que es eterno y que su existencia no depende de ningún otro ser. Este ser necesario a partir del cual existen todos los demás seres es DIOS.
Cuarta vía
 Ésta es la vía de los grados de perfección,  está influenciada por Platón y Plotino. Es un hecho de existencia innegable (perceptible por los sentidos), que hay unos seres más perfectos que otros, todos no son iguales. El ser que reúne todas las perfecciones en grado sumo es el máximo ser, que a su vez es  causa de la existencia del resto de los seres. Por ejemplo, el máximo frío es la causa de todos los fríos. Si no existiese el ser perfecto no sería posible que nosotros pudiésemos alcanzar algún grado de  perfección, porque no habría referente con el que compararnos. Esto es, lo máximo es la causa de la existencia de lo mínimo; lo bueno es  causa de la bondad de los seres buenos, así como de la existencia de éstos. En conclusión este ser, responsable de la bondad, la perfección y la nobleza de los seres es  DIOS.

Quinta vía
En esta vía Santo Tomás es influenciado por Aristóteles, Platón y Anaxágoras.  Se basa en el orden que  rige en  las cosas y los seres pertenecientes a nuestro mundo. Para poder entender esta concepción de la realidad y su funcionamiento debemos partir de un hecho de existencia, el cual es, que todos los seres naturales, incluso los que carecen de conocimiento, obran para alcanzar un fin.
Todos  luchan  para conseguir un objetivo, y para llegar a su consecución, se debe seguir un proceso de manera ordenada que responda a un plan, no al azar.
Por ello podemos decir que para poder alcanzar sus objetivos y fines, como estos seres, han de  llevar a cabo un proceso ordenado  para alcanzar un fin de forma intencionada. La existencia de esta cadena no puede ser posible, porque no explicaría nada,  y como  el azar no puede ser causa del orden del universo, debe existir necesariamente un ser eterno, inmutable, e imperecedero a partir del cual, se ordenan todas las cosas naturales y sus movimientos para alcanzar diversos fines. Este ser lo llamamos Dios.

1ª Objeción
La primera de las objeciones se apoya en la existencia del mal. En el mundo hay mal y eso está comprobado por los sentidos. Suponiendo que Dios representa el bien absoluto, el mal quedaría anulado. Observamos que esto no ocurre así. En el mundo hay mal, y eso nos lleva a pensar que Dios no existe.

Respuesta a la primera objeción

Siguiendo a San Agustín, afirma que Dios nunca permitiría que existiese ningún mal, a no ser que de este mal sacara un bien. Esto forma parte de la gran bondad de Dios que permite el mal, porque considera que de él se puede sacar un bien mayor.

2ª Objeción
Todos los fenómenos y actos, encuentran su razón de ser o causa en una serie de principios, sin tener que recurrir a Dios como causa suprema; lo que es natural encuentra sus principios en la naturaleza, y todo lo que conlleva una  intención, tiene su causa en la razón y voluntad del ser humano. Por tanto, no necesitamos recurrir a la existencia de Dios para encontrar nuestra razón de ser y de los fenómenos que nos rodean.

Respuesta la segunda objeción

Santo Tomás responde alegando que las leyes de la naturaleza no pueden explicar por si mismas todos los fenómenos naturales, ya que estos actúan por un fin, y necesitan una primera causa que los dirija, una inteligencia ordenadora. Por eso, se necesita la existencia de una figura que dirija y ordene nuestra realidad, Dios.


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