miércoles, 24 de abril de 2013

Síntesis y Contextualización Sto Tomás


3.1. Teología racional y teología revelada.

STO. TOMAS distingue perfectamente entre el conocimiento acerca de Dios que es objeto de la Razón (Teología racional, natural o filosófica) y el conocimiento de Dios objeto de la Fe (Teología revelada, sobrenatural o religiosa). Ahora bien, Sto. Tomas, siguiendo a ARISTOTELES, sostiene que verdades como "Dios existe", y otras relativas a la esencia y atributos de Dios, sí son susceptibles de prueba o demostración racional: de ahí la posibilidad de una Teología natural, racional o filosófica que funcione como preámbulo o introducción a la Teología sobrenatural, revelada o religiosa.
Existe una clara distinción entre la filosofía y la teología, o lo que es lo mismo, entre la razón y la fe.  Este es el punto de conexión que nos permite llegar a los preámbulos de la fe.

3.2. Las vías y su estructura lógica

Santo Tomas cree en la posibilidad de establecer una demostración de  la existencia de Dios basada en la razón, ya que esta no es evidente para nosotros; Para ello utiliza las vías, que no se basan en la fe en la existencia de Dios, sino en un proceso lógico y razonado que nos lleva hasta la concepción de la existencia de Dios.
Para este filosofo existen dos clases de demostraciones: una llamada propter quid , en la cual se parte de la idea de algo y se deducen  ciertas propiedades a partir de esta idea. Santo Tomas utiliza otro tipo de demostración llamado quia que parte del principio de causalidad, que se encuentra omnipresente en sus cinco vías. Estas vías recorren distintos caminos para remontarse racionalmente hasta Dios, todos los cuales aplican el principio de causalidad. Presentan una estructura más o menos semejante, que es la siguiente:
·                    Se parte siempre de un fenómeno natural que sea observado es decir, un hecho de experiencia sensible.
·                     A este hecho de experiencia se le aplica siempre el principio de causalidad. Cada fenómeno viene a ser explicado en función de una causa que le precede.
·                    Se afirma que es imposible remontarse al infinito en la serie de las causas, ya que si no existiera una causa primera no podrían tener lugar todas las demás y tampoco sus respectivos efectos.
·                    Por ultimo, se llega a la conclusión de que esa causa inmutable, imperecedera y eterna es Dios, siendo éste, el ser y la esencia en si mismo.

A continuación resumiremos muy brevemente las cinco vías de Santo Tomas y su desarrollo:
Primera vía: El movimiento como actuación del móvil: Es cierto y consta por los sentidos, que en este mundo algunas cosas son movidas. Pero todo lo que es movido es movido por otro. Por tanto, si lo que mueve es movido a su vez, ha de ser movido por otro, y este por otro. Mas así no se puede proceder hasta el infinito. Luego es necesario llegar a un primer motor que no es movido por nada; todos entienden que éste es Dios.
Segunda vía: Experiencia de un orden de causas eficientes: Vemos que en este mundo sensible existe un orden de causas eficientes; pero no vemos ni es posible que algo sea causa eficiente de sí mismo, porque de lo contrario sería anterior a sí mismo, lo cual es imposible. Luego es necesario suponer una causa eficiente primera, que todos llaman Dios.
Tercera vía: La contingencia o limitación en el existir: Nos encontramos con cosas que tienen posibilidad de existir y de dejar de existir, pues algunas se engendran y se corrompen. Ahora bien, lo que tiene posibilidad de no existir alguna vez no existe. Pero dado que ahora existe algo, se entiende  que algo ha de ser necesario, y esto, en última instancia, es Dios.
Cuarta vía: Diversos grados de perfección en las cosas: Encontramos en este mundo cosas más o menos buenas, más o menos verdaderas, más o menos nobles, y otras cualidades así. Y como lo que es máximo en un género es causa de todo lo que se contiene bajo ese género, ha de haber un máximo ser causa de la bondad, de la verdad, de la nobleza y de las demás cualidades por el estilo; y este es Dios.
Quinta vía: El gobierno de las cosas: Vemos que algunas cosas que carecen de conocimiento, esto es, los cuerpos naturales, obran con intención de fin. Ahora bien, las cosas que no tienen conocimiento no tienden a un fin si no son dirigidas por algún ser cognoscente e inteligente. Luego existe algún ser inteligente que dirige todas las cosas naturales a un fin; que es lo que llamamos Dios.
4. Contextualización

Santo Tomás de Aquino es un pensador del siglo XIII, época caracterizada por el resurgimiento cultural de Europa, gracias al auge de las ciudades y del comercio, el florecimiento del arte gótico, la creación de composiciones polifónicas y la fundación de las primeras universidades, también la aparición de las órdenes mendicantes: franciscanos y dominicos.
Este texto pertenece a la obra Suma Teológica. El autor mismo la consideraba sencillamente un manual de la doctrina Cristiana para estudiantes. La razón se usa en Teología no para demostrar las verdades de la fe, que se aceptan por autoridad divina, sino para defender, explicar las verdades que tienen su fundamento en la razón.
El texto que esta sujeto a nuestro estudio se encuentra en el artículo 3 de la cuestión 2 de la obra titulada “si Dios existe”. En este primer articulo se expone si la existencia de Dios es evidente en si misma, aquí Santo Tomas se opone al pensamiento de que la existencia de Dios esta impresa en nosotros por la naturaleza. De esta forma en el artículo 2 se plantea si Dios existe o no existe; y la respuesta a esta pregunta se encuentra en el siguiente artículo donde se demuestra finalmente la existencia de Dios.


A continuación, analizaremos los distintos pensadores que influyeron en el pensamiento de Tomas de Aquino:

Debemos destacar a Platón ya que  influye de manera directa en la filosofía de Santo Tomás; de él toma la idea de los grados de participación-perfección: Según Platón,  las cosas del mundo sensible participan de las ideas del mundo inteligible; lo mismo ocurre con los cosas de este mundo (entes). Cada cosa participa, toma, de Dios, en algún grado o medida su bondad, nobleza y verdad, tal y como  vemos reflejado en la cuarta vía; También toma su concepto de dualismo cosmológico, (Mundo de las Ideas- Mundo de las Apariencias),  que el Aquinate adaptará a su concepto de Cielo y Tierra.

San Agustín. Las características del agustinismo filosófico son las siguientes: no hay separación entre la filosofía y la teología, la razón sirve a la fe y la fe ilumina a la razón. Este concepto también es utilizado por Santo Tomas, si bien, este último apostará por la defensa de su independencia, (separación y autonomía entre fe y razón), San Agustín mantuvo el dualismo antropológico platónico, separando el alma y el cuerpo. Tesis que también acepta el Aquinate, separándose de Aristóteles, que defiende que cuerpo y el alma están unidos.

Tomas coge de Avicena la distinción entre esencia y existencia, y la idea de la contingencia, aparece plasmado en la tercera vía, (el único ser al que le es esencial la existencia es Dios); lo cual lo vemos reflejado en la tercera vía. Se distancia de Averroes en las tesis de la doble verdad, argumentado que sólo hay una verdad, la verdad procedente de Dios.

Aristóteles: fue el filósofo que mas influyo en la forma de pensar de Santo Tomas, estos son los conceptos  más importantes que tomo de él, pero matizados por su concepción cristiana de la realidad:
·                    Ontología: conceptos de forma/materia, acto/potencia, substancia/accidente,  conceptos a los que Santo Tomás añade la oposición metafísica esencia/existencia.
·                    Teología natural o racional: Aplica el procedimiento racional principalmente en la primera, segunda y quinta Vía, o en la concepción de Dios como motor inmóvil, acto puro y forma inmaterial.
·                    Teoría del conocimiento: primacía de la experiencia en la fundamentación del conocimiento, aunque éste no se limita a lo dado a los sentidos: podemos conocer las realidades trascendentes (Dios y el alma).
·                    Antropología: concepción biologista del alma, división tripartita del alma: vegetativa, sensitiva e intelectiva, aunque Santo Tomás defiende con más claridad la inmortalidad del alma espiritual individual.
·                    Ética: el concepto y la clasificación aristotélica de la virtud, pero añade las virtudes sobrenaturales.
·                    Política: emplea las ideas de Aristóteles sobre la ley natural, y las completa con la referencia a la ley eterna (ajena al pensamiento aristotélico).
San Alberto Magno. Establece una clara distinción entre la investigación empírica y la teología. La filosofía partiendo de la experiencia, opera con la sola razón, mientras que la teología parte de la revelación divina. Son ciencias independientes, si bien la filosofía puede ser de utilidad a la verdadera teología.
 Se aleja de este planteamiento que San Anselmo de Canterbury usará, para demostrar la existencia de Dios, (“Dios es el ser mayor que el cual nada puede ser pensado”) centrada únicamente en el concepto de Dios y en la afirmación del mismo por medio de su solo pensamiento. La existencia de Dios puede ser demostrada valiéndose de la razón.
Por otro lado conviene mencionar a aquellos a quienes Tomas de Aquino influye, es decir, cuales serían sus influencias posteriores

Su influencia se percibe también en los racionalistas: Descartes utilizará las pruebas tomistas de la causalidad eficiente y la contingencia para la demostración de la existencia de Dios.
Sin embargo, Hume y posteriormente Kant no estarán de acuerdo con la aplicación de su teoría de la causalidad más allá de la experiencia.  

Nociones Sto Tomás


2. Nociones

Movimiento y Primer motor

En esta primera noción Santo tomas emplea el primer movimiento para probar la existencia de Dios. Está claro que los sentidos nos muestran que en el mundo hay cosas que se mueven o  que cambian, por lo tanto la existencia del movimiento  es innegable y evidente para Aristóteles y Santo Tomás. El movimiento es cuando se está en potencia, y es imposible estar en acto y potencia a la misma vez respecto a lo mismo. Santo Tomás también explica el principio de causalidad según la cual: ''todo lo que se mueve es movido por otro'' según él por Dios, un motor inmóvil, perfecto ya que no necesita buscar nada ya que tiene el máximo nivel de perfección. Este principio se basa en otras dos:
            - Todo lo que se mueve es movido por algo. Sí pues, lo que se mueve o está en potencia, es movida por otro que está en acto.
            - Lo que se mueve no puede ser lo mismo que lo que es movido.
También nos encontramos por otra parte, que es imposible remontarse al infinito buscando la causa en acto que provoca el movimiento de cada cosa. Por lo tanto, si tenemos una serie de motores móviles en la que cada uno mueve al siguiente tendremos que aceptar un primer motor, uno que moverá a todos los demás. Pero al haber movimiento en el mundo, ha de haber por lo tanto un primer motor, un motor inmóvil al que todos llamamos Dios.

Causa eficiente primera y ser necesario

La segunda vía (prueba por la causa eficiente) encuentra su origen en Aristóteles Pero fueron Avicena y Alberto Magno quienes utilizaron el razonamiento para demostrar la existencia de Dios. Santo Tomás sigue especialmente de cerca al primero de ellos.  
            En esta segunda vía se trata de constatar que hay un orden de causas eficientes. Esto significa constatar que hay cosas que producen otras y son a su vez producidas. La subordinación se debe a que lo que una causa produce, y por tanto la condición misma de su ser causa, depende esencialmente (su ser causa depende de esto) de que sea a su vez producida; por ejemplo, un hombre engendra a otro gracias a que es un ser humano, pero su humanidad hubo de ser producida por otro ser.
Santo Tomás afirma es que no hay nada que pueda ser causa de sí mismo. En efecto, en cuanto que el efecto depende esencialmente de la causa, ésta ha de ser necesariamente anterior a aquél, pero así las cosas, algo que fuese causa de sí mismo sería algo que estaría ya producido antes de ser producido, lo cual es imposible.
Mas, y aquí radica el tercer fundamento de la prueba, no podemos remontarnos al infinito en la serie de las causas.
Así pues, tiene que haber una causa primera que explica la existencia de todas las cosas y que es ella misma incausada. Es lo que entendemos por Dios.
 Si todos los seres son contingentes, alguna vez nada fue. Pero entonces nada existiría ahora, pues un ser sólo puede llegar a ser por virtud de otro que ya es. Pero ese ser, o tiene la necesidad en sí mismo, o la tiene causada por otro y como es imposible remontarse al infinito en la serie de las causas , ha de existir un ser que sea por sí mismo necesario. Es Dios por cuanto un ser necesario por sí mismo no tiene la existencia recibida ni participada, sino que es la existencia misma o el Ser.
Ser perfectísimo e inteligencia Ordenadora
El trayecto comenzado por Sto. Tomas para definir la esencia de Dios, pasa por adjudicar a Dios cualquier perfección que queramos admirar en la naturaleza de los seres humanos. El ser perfectísimo es el que obtiene un grado máximo de conocimiento sobre la bondad, la verdad y la unidad.. Existe algo que es verdadero, noble y bueno y por consiguiente, esto es algo que ya esta en el grado máximo. Pero lo optimo (máximo) en la verdad, también es optimo en el ser. El máximo de cada género es la causa, de todo dicho género. Debe haber algo que para todos los entes sea la causa de su bondad, su ser y de todas sus perfecciones, y a este algo se le llama Dios.
En la quinta prueba para probar la existencia de Dios, Santo Tomás considera a éste como causa del orden del mundo, como una ''inteligencia ordenadora'' que rige y dirige el ordenamiento del mundo.. Por lo tanto, santo Tomás hace uso del principio de casualidad. Si nosotros no admitimos la existencia de un ser necesario, quedaría totalmente imposibilitada la existencia de otro ser contingente, puesto que no habría otra cosa en el mundo, que hiciera posible su existencia real. Y como no podemos remontarnos al infinito en la búsqueda del ser necesario, concluimos finalmente que este es Dios.

Existencia de Dios y existencia del mal

 Sto. Tomas considera que la existencia de Dios no es algo evidente por si mismo contrariamente a la tesis de San Anselmo, para quien sí es evidente, ya que utiliza una demostración a priori: "Dios es el ser mayor que el cual nada puede ser pensado".. Considerando que hay que  seguir un procedimiento que vaya de los efectos a las causas. Así propone sus cinco vías que son distintos caminos para remontarse racionalmente hasta Dios, todos los cuales aplican el principio de causalidad. En la consideración de la existencia del mal, (sigue a San Agustín) afirma, que Dios, por ser el ser perfectísimo no admitiría el mal en el mundo, a no ser que de él  extrajera algún bien. Este es el caso, Dios que es absolutamente bueno, concede al hombre la posibilidad de elegir entre el bien y el mal, dotándolo del libre albedrío.. La persona creada, finita, en cuanto dotada de libre albedrío, que está ordenada al bien, puede, no obstante, elegir mal y realizar un acto moralmente malo.  

Resúmenes y Objeciones Sto Tomás


Resumen de las vías

Primera Vía
Esta vía habla del movimiento que es observable por los sentidos. En la primera vía, Santo Tomas es influido por Aristóteles y Averroes. En primer lugar, para demostrar la existencia de Dios, Sto Tomás parte de un fenómeno natural observable: hay movimiento en el mundo. Define el movimiento como el paso de potencia al acto. Todo lo que se mueve es movido por otro, este es el principio de causalidad, que niega el automovimiento. Por ejemplo, un tren compuesto por distintos vagones en movimiento, los vagones son movidos por una locomotora, éste sería el primer motor y el resto de vagones serían los motores intermedios. No podríamos remontarnos al infinito en esta serie de vagones sin llegar nunca a la locomotora. Es decir, lo que se mueve tiene que estar en potencia respecto de aquello hacia lo que se mueve y, por lo tanto, no puede moverse a sí mismo.
El proceso por el que una cosa mueve a otra no se puede prolongar indefinidamente puesto que en tal caso no se llegaría al primero que mueve y no habría motor alguno ni movimiento, pues los motores intermedios no mueven más que porque son movidos por otro. El primer motor que no es movido por nadie, y que causa el movimiento de los otros, es Dios.

      Segunda vía
Se encuentra influenciada por Aristóteles. Trata de la demostración de la existencia  de Dios, a partir de la existencia de causas eficientes. En el mundo hay un orden de causas eficientes, pero nada es causa de si mismo, porque seria anterior a si mismo. Es decir, no podemos  afirmar, que seamos la causa de nuestra propia existencia; es obligatorio que haya una causa externa por la cual existimos. Por ejemplo: Una niña está en el mundo debido al parto de su madre, a su vez la causa de la existencia de la madre es la abuela y así sucesivamente.  Si se quita la causa, desaparece el efecto, por lo que si en el orden de las causas eficientes no existiera la primera, no se daría tampoco ni la última ni la intermedia; si llevásemos hasta el infinito la serie de las causas, no existiría la primera causa eficiente, ni habría efecto último, ni causa intermedia.
Por lo tanto, no podemos remontarnos al infinito, porque esto no tendría ningún sentido, así que necesitamos aceptar la existencia de una primera causa, fuente de todas las demás, no causada por nada y esta causa es DIOS.

Tercera vía
 En esta vía, el autor es influenciado por Avicena, Aristóteles y Maimónides. Es llamada vía de la contingencia. La contingencia es el modo de ser de lo que no es necesario ni imposible, sino que puede ser o no ser el caso.  Y esta vía  parte de que en la naturaleza, hay seres contingentes, es decir, que pueden ser de otra manera, pueden existir o no existir. Cualquiera de nosotros existe hoy pero podría no existir mañana, o simplemente no haber existido nunca. Cualquier ser es contingente. Cualquier ser que existe, no empieza a existir más que por algo que ya existe. Por tanto si hubo un tiempo en el que nada existió, es imposible que empezara a existir algo. La experiencia nos muestra que las cosas pueden existir o no existir, pues pueden ser producidas o destruidas.
Por lo tanto tenemos  que aceptar la existencia de un ser que no sea contingente, es decir que sea necesario y esto significa que ha existido siempre, que es eterno y que su existencia no depende de ningún otro ser. Este ser necesario a partir del cual existen todos los demás seres es DIOS.
Cuarta vía
 Ésta es la vía de los grados de perfección,  está influenciada por Platón y Plotino. Es un hecho de existencia innegable (perceptible por los sentidos), que hay unos seres más perfectos que otros, todos no son iguales. El ser que reúne todas las perfecciones en grado sumo es el máximo ser, que a su vez es  causa de la existencia del resto de los seres. Por ejemplo, el máximo frío es la causa de todos los fríos. Si no existiese el ser perfecto no sería posible que nosotros pudiésemos alcanzar algún grado de  perfección, porque no habría referente con el que compararnos. Esto es, lo máximo es la causa de la existencia de lo mínimo; lo bueno es  causa de la bondad de los seres buenos, así como de la existencia de éstos. En conclusión este ser, responsable de la bondad, la perfección y la nobleza de los seres es  DIOS.

Quinta vía
En esta vía Santo Tomás es influenciado por Aristóteles, Platón y Anaxágoras.  Se basa en el orden que  rige en  las cosas y los seres pertenecientes a nuestro mundo. Para poder entender esta concepción de la realidad y su funcionamiento debemos partir de un hecho de existencia, el cual es, que todos los seres naturales, incluso los que carecen de conocimiento, obran para alcanzar un fin.
Todos  luchan  para conseguir un objetivo, y para llegar a su consecución, se debe seguir un proceso de manera ordenada que responda a un plan, no al azar.
Por ello podemos decir que para poder alcanzar sus objetivos y fines, como estos seres, han de  llevar a cabo un proceso ordenado  para alcanzar un fin de forma intencionada. La existencia de esta cadena no puede ser posible, porque no explicaría nada,  y como  el azar no puede ser causa del orden del universo, debe existir necesariamente un ser eterno, inmutable, e imperecedero a partir del cual, se ordenan todas las cosas naturales y sus movimientos para alcanzar diversos fines. Este ser lo llamamos Dios.

1ª Objeción
La primera de las objeciones se apoya en la existencia del mal. En el mundo hay mal y eso está comprobado por los sentidos. Suponiendo que Dios representa el bien absoluto, el mal quedaría anulado. Observamos que esto no ocurre así. En el mundo hay mal, y eso nos lleva a pensar que Dios no existe.

Respuesta a la primera objeción

Siguiendo a San Agustín, afirma que Dios nunca permitiría que existiese ningún mal, a no ser que de este mal sacara un bien. Esto forma parte de la gran bondad de Dios que permite el mal, porque considera que de él se puede sacar un bien mayor.

2ª Objeción
Todos los fenómenos y actos, encuentran su razón de ser o causa en una serie de principios, sin tener que recurrir a Dios como causa suprema; lo que es natural encuentra sus principios en la naturaleza, y todo lo que conlleva una  intención, tiene su causa en la razón y voluntad del ser humano. Por tanto, no necesitamos recurrir a la existencia de Dios para encontrar nuestra razón de ser y de los fenómenos que nos rodean.

Respuesta la segunda objeción

Santo Tomás responde alegando que las leyes de la naturaleza no pueden explicar por si mismas todos los fenómenos naturales, ya que estos actúan por un fin, y necesitan una primera causa que los dirija, una inteligencia ordenadora. Por eso, se necesita la existencia de una figura que dirija y ordene nuestra realidad, Dios.


Nociones Nietzsche


NOCIONES
- Los sentidos y el cuerpo. Para Nietzsche los sentidos simbolizan, lo esencial para la percepción. Su vitalismo propone que la percepción del mundo la captamos  por medio de los sentidos, dándole la razón a la corriente empirista en esto. Considera que es imposible vivir y desarrollarse sin tener en cuenta lo que los sentidos nos dicen. En realidad los sentidos nos muestran una sensibilidad, es decir un vitalismo que cada persona imprime con su toque personal. Para Nietzsche, los sentidos no engañan, son los únicos instrumentos que captan fielmente la realidad inestable y cambiante del mundo. La razón sólo nos muestra la realidad disfrazada, oculta,  a través de los conceptos. Todos los filósofos desde la Antigüedad han calificado a los sentidos como fuente del error, porque éstos afirman la historia y el cambio,  y creen,  que tener fe en los sentidos es tener fe en una mentira. Mas no se dan cuenta de que los sentidos nos muestran la realidad, el único mundo existente, un mundo vivo, en movimiento, etc.,  Nietzsche esta en contra del dualismo antropológico de Platón y Descartes, que afirma que el hombre esta dividido en cuerpo y alma, y por tanto, una parte de su ser viajara a un mundo trascendente. Para Nietzsche, no existe mas vida que ésta, y por tanto el alma es tan mortal como el cuerpo. Lo que es mas, no hay alma.   Al entender de Nietzsche, la unidad activa que llamamos cuerpo. El cuerpo es símbolo de la vida, lo que nos une a la Tierra, por donde fluye la voluntad de poder.
- Los “conceptos supremos” y el concepto “Dios”. Cuando Nietzsche se refiere a Dios se refiere al dios de la religión, particularmente del cristianismo, pero también a todo aquello que pueda sustituirle, porque en realidad Dios no es una entidad sino un lugar, una figura posible del pensamiento, representa lo Absoluto.
Dios es la metáfora para expresar la realidad absoluta, la realidad que se presenta como la Verdad y el Bien, como el supuesto ámbito objetivo que puede servir de fundamento a la existencia por encontrarse más allá de ésta y darle un sentido.
Todo aquello que sirve a los hombres para dar un sentido a la vida, pero que sin embargo se pone fuera de la vida, es semejante a Dios. Cuando Nietzsche declara que Dios ha muerto quiere indicar que los hombres viven desorientados, que ya no sirve el horizonte último en el que siempre se ha vivido, que no existe una luz que nos pueda guiar de modo pleno. Esta experiencia de la finitud, del sentirse sin remedio desorientado es necesaria para empezar un nuevo modo de vida.
En línea con esto tenemos los conceptos supremos,  expresión que se refiere a las características racionales que los filósofos dogmáticos han utilizado para referirse a la “verdadera” realidad del mundo inteligible. Estos conceptos pretenden designar las características de ese mundo verdadero Pero para Nietzsche estos conceptos supremos no designan nada real, sino que son términos que elabora nuestra razón para referirse a un mundo inventado por nuestra desconfianza y cobardía ante la realidad del devenir, que no puede caracterizarse mediante aquellos conceptos, sino mediante intuiciones sensibles que capten adecuadamente la realidad sensible. Para Nietzsche en la realidad vital lo superior siempre proviene de lo inferior, sin embargo, vemos como en este fragmento la tradición metafísica y cristiana lo niegan, siendo todo esto  un símbolo mas de su decadencia. Nietzsche usa el método genealógico para averiguar cómo se ha originado el mundo verdadero o Dios, y concluye que se basa en dos causas: la metafísica del lenguaje y el resentimiento contra la vida.
- El arte trágico y lo dionisiaco. El arte para Nietzsche es el único instrumento adecuado para entender la vida, porque afirma la multiplicidad y subjetividad de la realidad (devenir) utilizando la metáfora y no el concepto. No mata, sino que crea.  Nietzsche considera que la tragedia es la forma suprema de arte, ya que representa el espíritu dionisiaco, es decir, la afirmación de la realidad y del hombre mismo tal y como son. El artista trágico es dionisiaco porque no pretende metas ni orígenes fuera de este mundo, sino que afirma la realidad, la vida, tal como nos aparece, incluso en sus aspectos más enigmáticos e irracionales, terribles y dolorosos. Nietzsche considera el arte trágico como contrario a la actitud decadente. De la tragedia se desprende una vigorosa afirmación de la vida, pues enseña que siempre hay que decir que sí, incluso a lo más doloroso. Lo cual no podemos entender sin tener en cuenta lo que para Nietzsche es crucial en su filosofía. En la voluntad de poder encontramos una reminiscencia del espíritu dionisiaco, ya que ésta se presenta como una fuerza arrolladora. Una fuerza vital que incorpora la fuerza dionisiaca al mundo.
El vitalismo de Nietzsche: Es vitalista toda teoría filosófica para la que la vida es irreductible a cualquier categoría extraña a ella misma. Esta doctrina tuvo éxito en la segunda mitad del siglo XIX y principios del XX.
Las  corrientes vitalistas se diferencian por su concepto de vida:El vitalismo es una doctrina contraria al racionalismo. Cabe entender la totalidad de la filosofía de Nietzsche como el intento más radical de hacer de la vida lo Absoluto.
El concepto de voluntad del poder intenta explicar el estado natural de toda la vida humana. Schopenhauer demandaba que el impulso fundamental en todas las criaturas es la voluntad de vivir; Nietzsche en desacuerdo, afirmó que cualquier criatura que arriesgue deliberadamente su vida por cualquier razón, está negando la voluntad de vivir; Nietzsche cree que en todas las cosas encontramos un afán por la existencia, desde el mundo inorgánico hasta el mundo humano, pasando por todos los distintos niveles de seres vivos. Todas las cosas son expresión de un fondo primordial que pugna por existir.
La crítica de Nietzsche a los filósofos: Los grandes referentes de la filosofía occidental han sido, para Nietzsche, sus grandes traidores, responsables de la corrupción que provoca el predominio de la razón sobre la vida. Frente a éstos, dirige sus críticas contra Sócrates y Platón: Los acusa de egipticismo, que es la tendencia a la permanencia estática, a la intemporalidad, por eso le reprocha a los filósofos carecer de sentido histórico.  Sócrates fue el encargado de que Apolo se impusiera sobre Dionisos, con lo que la razón dominó sobre la vida. Su discípulo Platón despreció el mundo que nos rodea, a la vez que se inventó uno nuevo, en el cual se encontraba la verdad y el bien. El idealismo de ambos esconde, en realidad, la decadencia, el temor ante la vida irracional, el miedo al instinto desordenado y dionisiaco, la angustia ante la finitud y la muerte. Es un consuelo metafísico propio de la debilidad humana. Con ellos comienza la cultura occidental y la decadencia respecto del tono vital anterior; dan lugar al “platonismo”, o creencia en la existencia de un Mundo Verdadero, Objetivo, Bueno, Eterno, Racional, Inmutable, y el desprecio de las categorías de la vida. Ellos dan lugar a la Ciencia y la Metafísica y a las condiciones que permiten la aparición de la Religión y la Moral.
 Frente a Platón, Aristóteles, Santo Tomás, Descartes y gran parte de lo mejor de la tradición filosófica, defiende una tesis radicalmente contraria al objetivismo y conecta con otra línea filosófica históricamente más desacreditada: el relativismo, escepticismo y subjetivismo. Esto es, Nietzsche defiende el perspectivismo, para el que todo conocimiento se alcanza desde un punto de vista, del que es imposible prescindir: las características del sujeto que conoce (psicológicas, sociales, físicas, la peculiaridad personal, la misma biografía) hacen imposible superar la propia perspectiva; no podemos desprendernos de nuestra subjetividad cuando intentamos conocer la realidad. Esta tesis cierra las puertas al conocimiento universal.
La metafísica se equivoca al separar la apariencia y la esencia, el mundo aparente y el mundo verdadero. La única verdad es la apariencia y los conceptos metafísicos son obstáculos que nos separan de las cosas.
Nietzsche considera que los valores tradicionales son los de la moral de esclavos ya que nos esclavizan porque son aquellos que están bien vistos o que son políticamente correctos y frente a ellos Nietzsche propone la moral de los señores, los valores del superhombre y de afirmación de la vida.
A esta teoría, le añade Nietzsche un tono claramente pragmático: la verdad va unida siempre al interés. Es verdadero para cada individuo lo que aumenta su voluntad de poder, lo que hace que la vida se expanda. Las consecuencias subjetivistas son inevitables. Todo es perspectiva, punto de vista ligado al interés propio. La verdad no existe, y su lugar es ocupado por la verdad de cada uno, aquella que a cada uno le interesa.
CONTEXTUALIZACIÓN
Friedrich Nietzsche fue un filósofo del siglo XIX. Nació en Rocken el 15 de octubre de 1844 y murió el 25 de agosto de 1900. Nietzsche vivió en la época de los grandes movimientos sociales, influidos por el socialismo, el marxismo y el anarquismo, sin embargo, el “filósofo del superhombre” les prestó poca atención. Su obra se puede dividir en tres periodos: Romántico o estético, positivista y anti metafísico, periodo de Zaratustra.
La doctrina de Nietzsche se haya vinculada a corrientes como el irracionalismo, la filosofía de vida… y se opone a otra como el idealismo, el positivismo, el romanticismo, el materialismo socialista, el espiritualismo… y en general, a toda la historia de la filosofía occidental. Fue el principal exponente del Vitalismo, que se caracteriza por la comprensión de la vida en el sentido biológico, subraya el papel del cuerpo, los instintos, lo irracional, la naturaleza, la fuerza y la lucha por la subsistencia.
Para entender el pensamiento del autor estudiado, es necesario conocer las influencias que recibió, tanto anteriores como contemporáneas, así como la influencia que él mismo supuso para pensadores posteriores.
La doctrina de Nietzsche se halla vinculada a diversas orientaciones, aunque sin quedar incluida concretamente en ninguna de ellas. Se opone en general, a toda la historia de la filosofía occidental. Con los presocráticos el mundo griego vivió su momento de esplendor. De esta época Nietzsche recoge de los sofistas su teoría relativista de la verdad y la concepción del lenguaje como un simple instrumento del ser humano, sin un fundamento objetivo que lo legitime.
Por su parte, Heráclito le influye con la idea de devenir; con su dialéctica de fusión o su armonía de contrarios, así como en su aprecio de los símbolos y metáforas para explicar sus posturas; su valoración de la inspiración; y con su estilo oscuro y aforístico, basado en la fragmentación del texto para evitar enredarse con los criterios de verdad (según Nietzsche falsos).
De Parménides rechazó su idea del Ser, que según él era aquello inmutable, inmóvil; mientras que el No-Ser era aquello cambiante. Con Eurípides, Sócrates y Platón comienza la decadencia de la cultura occidental según Nietzsche, que se opondrá a estos filósofos por considerarlos responsables de los fatales errores que conducirán, casi desde sus inicios, a la decadencia de la cultura occidental: la invención de un Mundo Absoluto, Inmutable, Eterno, Verdadero, Racional, Bueno y Objetivo, mundo en el que habitará también el Dios y lo trascendente de lo que nos habla el cristianismo. De éste dice que es el “platonismo para el pueblo” basado en la existencia de dos mundos: el terrenal y el divino, correspondientes respectivamente al sensible y al inteligible de Platón.
De la Edad Moderna, Nietzsche está influenciado por Voltaire y Spinoza, que descreen y combaten toda moral tradicional, enfrentándose a un cristianismo que estigmatiza el pecado y universaliza los valores morales. Recoge también el pensamiento de Hume que critica a Descartes en su idea del alma, el papel de los sentidos y su negación de las substancias y de la necesidad, reinterpretando ésta última como un mero hábito psicológico. Frente al dualismo antropológico, presente tanto en Platón como Descartes, (divide al hombre en res extensa y res cogitans) propone una concepción del hombre mas afín a la de Aristóteles, entendiéndolo como un todo, pero haciendo hincapié en su corporeidad.
Nietzsche criticó toda la filosofía de Kant por considerarla una forma sofisticada de platonismo. Sin embargo, recogió la idea kantiana de la imposibilidad de alcanzar el conocimiento de la realidad en sí misma, pues el conocimiento humano no puede llegar a la esencia de lo real. Si bien, para Nietzsche la esencia no existe, lo único real es el fenómeno.
En cuanto a las influencias contemporáneas del siglo XIX, está influido por las críticas a la religión realizadas por la izquierda hegeliana (Feuerbach, Strauss y Marx), que tratan a Dios como una creación del hombre. La influencia filosófica más decisiva fue Schopenhauer que le hizo interesarse por el pensamiento oriental y por los presocráticos. Para Schopenhauer la realidad es voluntad, manifestación de una fuerza ciega infinita. Pero esa voluntad es desdicha y dolor, un deseo siempre insatisfecho. Nietzsche, sin embargo, entendió la voluntad como voluntad de poder, tiene una visión más positiva y vitalista de la misma.
En relación a las influencias posteriores, Nietzsche no ha dado lugar a una escuela filosófica claramente establecida, pero sus ideas están presentes de un modo u otro en muchos pensadores contemporáneos. Su influencia ha traspasado los límites de la filosofía llegando no sólo al público general sino también a doctrinas políticas tan opuestas como el nazismo y el anarquismo. En el círculo de la filosofía se han ocupado de él figuras tan importantes Jaspers, Scheler y Heidegger pero su más clara huella se encuentra en las doctrinas vitalistas, y en España en la filosofía de Ortega y Gasset, y, más recientemente, en autores como Fernando Savater. 

Resumenes Nietzsche


1 RESUMEN
 El tema general del texto es la crítica que dirige Nietzsche a los filósofos racionalistas  y a la metafísica tradicional. Nietzsche crítica a los filósofos por su falta de sentido histórico, su odio al devenir y su egipticismo. Los filósofos momifican la realidad, la matan y fabrican sus conceptos rellenos de paja, que no son más que cadáveres de la realidad, sin movimiento, pluralidad, cambio, novedad. Los filósofos se encuentran más cómodos con una realidad creada según su idiosincrasia, más simple y manejable, al modo de las figuras egipcias: estáticas y planas, sin impresión de movimiento ni relieve.
Ellos creen que pueden crear conceptos para todo, mostrando así su odio a la idea de devenir. Todo lo que implique cambio, movimiento, es considerado como algo negativo, un obstáculo. Nietzsche piensa que los filósofos han momificado las cosas, a fuerza de aquietarlas. El lenguaje es el medio del que se valen para atrapar la realidad, piensan que con el lenguaje lo pueden resolver todo. Pero el lenguaje racional, no crea, sino que destruye la vida.
Según Nietzsche, Parménides y Platón se han inventado un mundo divino que los libera de tanto dolor, porque los hombres no son capaces de asumir que la vida es tragedia, caos, cambio…

2 RESUMEN
En este segundo fragmento, hace un análisis de los conceptos supremos y el concepto de Dios. Crítica otra peculiaridad de los filósofos, consistente en confundir lo último con lo primero. Ponen en primer término, lo que debiera ir al final, esto es: Dios frente a Vida. Los filósofos, del mundo real han inventado el mundo de los conceptos, confunden ambos mundos, piensan que lo real es su mundo de ideas, pero, en verdad, los conceptos no son otra cosa que momificaciones de la realidad. Con esto, Nietzsche se refiere principalmente al desdoblamiento platónico de la realidad en dos mundos: mundo sensible y mundo inteligible, considerando superior y más real a este último. Estos conceptos son para Nietzsche, sin embargo, falsos, ficticios, puesto que no reflejan nada de lo real. Porque lo real está vivo, y por tanto, sujeto al devenir de las cosas. Con eso tienen los filósofos su estupendo concepto «Dios»... El concepto de Dios no es más que “el último humo de la realidad que se evapora”.

3 RESUMEN
Presenta la figura del artista trágico como el único que ha sabido expresar la auténtica realidad, la dionisíaca.  Nietzsche perfila su posición con respecto al problema del error metafísico resumiéndola en cuatro tesis:
Primera tesis: Las razones por las que este mundo ha sido despreciado, (sobre todo por el platonismo y el cristianismo) como que el mundo está en devenir, hay vejez, caos… Esas mismas, le sirven para decir que este mundo es el verdadero, el único existente
Segunda tesis: Los signos distintivos que han sido asignados al «ser verdadero» de las cosas son los signos distintivos del no-ser, de la nada; a base de ponerlo en contradicción con el mundo real es como se ha construido el «mundo verdadero»: un mundo aparente de hecho.
-Tercera tesis: Inventar fábulas acerca de otro mundo es una falacia. Creer en la existencia de un mundo imaginario, indemostrable, y que además no se puede percibir con los sentidos, carece de sentido. La única razón que tenemos para hacerlo es que estamos resentidos contra la vida, el dolor, etc., y tomamos venganza de éste, inventándonos otro mundo  perfecto.
Cuarta tesis: Dividir el mundo en un mundo «verdadero» y en un «mundo aparente», ya sea al modo del cristianismo, ya sea al modo de Kant es únicamente un síntoma de la vida descendente. El hecho de que el artista estime más la apariencia que la realidad no constituye una objeción contra esta tesis. Pues a la «apariencia» significa aquí la realidad una vez más, sólo que seleccionada, reforzada, corregida.


Aristóteles: Temas y Contextualización


3. TEMAS.
3.1 VIRTUDES MORALES E INTELECTUALES.
 Aristóteles está convencido de que el fin natural del hombre es la felicidad y de que ésta radica en el ejercicio de la virtud. En general, la virtud de cualquier cosa, su excelencia propia, consiste en su capacidad para desarrollar la función que le es propia. Se distingue así de otros estados del alma como la pasión (pathos) que se padece o la facultad (dinamis) que se puede poner al servicio del bien o del mal. Entre las virtudes morales destacan: la justicia que puede ser general (observancia de la ley) o particular y en este último caso tenemos la justicia distributiva que se ocupa del reparto de los bienes en proporción a los méritos, la justicia rectificadora que trata de reparar un daño causado y la justicia conmutativa o de intercambio que preside las relaciones comerciales y reposa sobre la moneda; la templanza o moderación, justo medio entre la insensibilidad y la intemperencia o desenfreno respecto a los placeres corporales; la valentía, término medio entre la cobardía (exceso de miedo) y la temeridad (ausencia de miedo); la mansedumbre, término medio entre el exceso de cólera y la apatía; la generosidad, término medio respecto al regalar entre la prodigalidad y la tacañería; la veracidad o franqueza, término medio entre la jactancia y depreciación de sí mismo; la reserva o vergüenza, término medio entre la desvergüenza y la timidez. Ninguna virtud moral es posible sin una virtud que es a la vez intelectual y moral: la prudencia.
En cambio, cuando la disposición a lo razonable lo es respecto del conocimiento con miras a la producción de algo, la realización del bien o el descubrimiento de la verdad, tenemos otro tipo de virtud que es la intelectual. Las distintas virtudes intelectuales se distinguen por su objeto y por su método:
Ciencia (episteme): el método es la demostración (silogismo inductivo y deductivo) cuyos resultados son conclusiones de validez universal; el objeto es lo necesario, ingénito e imperecedero: relaciones cuantitativas (continuas o discretas), principios del movimiento, los astros y Dios.
Intelección (nous): el método es una cierta aclaración que no llega a ser demostración; el objeto es lo necesario, ingénito e imperecedero que en este caso se identifica con los primeros principios generales de toda ciencia tales como el de no contradicción o identidad y los que son específicos de cada ciencia; por ejemplo, en matemáticas, dos cantidades iguales a una tercera, son iguales entre sí.
Sabiduría (Sophía): Es el resultado de la unión de intelección y ciencia.
Prudencia (Phrónesis): El método es la deliberación (silogismo práctico) cuyo resultado son decisiones de validez particular referidas a fines y medios; el objeto de que se ocupa es lo contingente entendido como acción (praxis) que es en sí misma su propio fin (las acciones virtuosas). Esta virtud además de intelectual también es moral.
Arte (Tekhné): El método es la deliberación; su objeto es lo contingente, pero entendido como acción productiva (poiesis) que no es en sí misma su propio fin (la construcción de algo útil y bello por ejemplo).
 En un orden jerárquico podemos decir que el arte se supedita a la prudencia y ésta a la sabiduría.

3.2. VIRTUD Y FELICIDAD.
 El objeto de la ética es definir el bien supremo, el fin último de la actividad del hombre: hay necesariamente un objeto absoluto de la voluntad que perseguimos por él mismo y por encima de todo, respecto del cual todos los demás fines no son más que medios; ese bien supremo es además un bien perfecto, es decir, acabado (teleion), que se basta a sí mismo, que es capaz de satisfacernos por sí solo.  Para liberarse de estas concepciones subjetivistas sin recurrir a la idea de un Bien universal y abstracto que no sería el bien de ningún sujeto, trató Aristóteles de investigar cuál es el bien propio del hombre. Por una parte tenemos la virtud moral que es una disposición del carácter, término medio respecto a ciertas acciones y pasiones cuyo exceso o defecto son males o vicios (justicia, templanza o moderación, valentía, etc.); y, por otra parte, tenemos la virtud intelectual que es una disposición del entendimiento al descubrimiento de la verdad (ciencia, intelección, sabiduría, arte y prudencia).
Ahora bien, así como en los bienes exteriores la posesión no es nada sin el uso, sin el goce de ellos, así también la virtud no sería de ningún valor para quien no pudiese ejercerla.
¿Qué relación guarda la virtud con el placer en el que muchos han hecho radicar la felicidad? El placer no puede identificarse con el bien, pues hay placeres vinculados con conductas censurables y hay fines que merece la pena buscar aunque no proporcionen placer, pero esto no significa que el placer se oponga absolutamente al bien. En efecto, toda actividad (de los sentidos o del pensamiento) cuando se ejerce en condiciones favorables, cuando la disposición está bien dispuesta y encuentra el objeto más digno de ponerla en acción, se ejerce acompañada de placer. Como Aristóteles ha reconocido que la actividad propia del hombre es la actividad del alma razonable, el placer más conforme con el ser humano y que le hará plenamente feliz consistirá en el ejercicio de la virtud. Para asegurarse de que la verdadera felicidad del hombre reside en la práctica de la virtud, basta invocar el testimonio del hombre virtuoso.
Si la felicidad reside en el ejercicio de la virtud y la virtud más perfecta que nos asemeja a la vida divina es el ejercicio de la sabiduría, entonces en esta virtud radicará la felicidad más perfecta, en una actividad contemplativa. Sin necesidad de ayudas exteriores; además su finalidad únicamente está en sí misma, en el goce supremo que ella produce a quien la ejerce; por último, si el hombre bueno encuentra su dicha en el ejercicio de la virtud práctica, moral, esa dicha, sin embargo, es menos independiente que la del sabio dedicado a la contemplación. En primer lugar, si la virtud moral encuentra en sí misma su premio, no se ejerce sin embargo sin aplicarse a algún fin exterior a sí misma: el justo encuentra su gozo en la práctica de la justicia, dedicándose a una causa justa que le es preciso encontrar.
Pero la felicidad además de la virtud exige una serie de bienes exteriores como la salud, bienes de fortuna, satisfacciones familiares, amigos, etc. La suerte cuando nos es adversa hace fracasar la felicidad aunque no sea más que porque entorpece nuestras actividades, pero, por otra parte, incluso en esas circunstancias el hombre virtuoso sacará provecho, actuará según sus posibilidades de ser razonable y por ello, aún en el infortunio, no será desdichado.
Por último, para que la felicidad sea perfecta, no basta, nos dice Aristóteles, que la virtud se ejerza ocasionalmente, sino que es necesario que su actividad llene la vida entera: una golondrina no hace verano. La felicidad no es perfecta sino a condición de que sea constante.

 4. CONTEXTUALIZACIÓN.
 4.1. EL TEXTO EN LA OBRA.
El texto que estamos estudiando pertenece a la obra "Ética a Nicómaco" que trata de exponer en qué consiste la buena vida tal y como la llevarían los mejores hombres en un Estado bueno. Hay tres tipos de vida: 1) la que se basa en el placer; 2) la que se basa en el honor, la virtud (vida política); 3) la que se basa en la comprensión filosófica.
 La vida en verdad buena y feliz reúne las tres, pero sobre todo la comprensión filosófica por ser lo más excelente que el hombre puede alcanzar. En efecto, la felicidad o el máximo bien a que el hombre puede aspirar es la razón que alcanza su perfección con la sabiduría. La vida del sabio es, en efecto, la más parecida a la de los dioses, pues se ocupa de realidades que ni nacen ni mueren.
 La estructura del libro es la siguiente:
 En el libro I se ocupa del concepto de felicidad que hace radicar en la virtud; en el libro II define la virtud moral como término medio respecto de un exceso y un defecto (en la pasión o en la acción); en el libro III establece la diferencia entre las acciones voluntarias y las involuntarias y analiza dos virtudes morales: la valentía y la moderación; en el libro IV se ocupa de otras virtudes morales: la generosidad, la magnificencia, la magnanimidad, la afabilidad, la amabilidad, la sinceridad, la agudeza y el pudor; el libro V lo dedica íntegramente a reflexionar sobre la justicia como virtud; en el libro VI aclara lo que son las virtudes intelectuales; en el libro VII se ocupa de la continencia que es un tipo de moderación y del placer; en los libros VIII y IX reflexiona sobre la amistad; en el libro X considera de nuevo el placer y la superioridad de la vida contemplativa, es decir, de la dedicada a la ciencia, sobre cualquier otro género de vida.
El texto pertenece al libro VI de la obra, donde Aristóteles se ocupa de las virtudes intelectuales.

Contexto filosófico: Influencias
 La teoría ética de Aristóteles se puede considerar como una respuesta crítica a otras tres teorías, a saber: la de los sofistas, la de Sócrates y la de Platón.
 1) Crítica a los sofistas.
 Los sofistas (entre los que cabe destacar a Protágoras y a Gorgias) en el siglo V sostuvieron una teoría relativista en moral que se sustenta en dos ideas:
 a) No se puede hablar de lo bueno absolutamente, es decir, con independencia del individuo y de las circunstancias en que este se encuentra. Lo que es bueno para A puede ser malo para B y lo que es bueno para A en determinadas circunstancias, puede ser malo en otras.
 b) No hay nada bueno ni malo en sí mismo, sino que es el pensamiento el que lo hace tal.
 Para Aristóteles aunque el bien se dice de múltiples maneras como el ser, hay sin duda el bien que es propio de la condición humana y que consiste en la perfección de su razón. El bien, por tanto, no es relativo a la persona o al contexto, sino que podríamos hablar de una noción de bien universalizable, aquella que nace del sentido común.
 2) Crítica a Sócrates.
 Sócrates se opuso al relativismo moral de los sofistas y sostuvo una teoría que se conoce como intelectualismo moral que se distingue por afirmar:
 a) la virtud es conocimiento, es decir, conocer la virtud (el Bien) es lo mismo que ser virtuoso.
 b) No es posible conocer la virtud y ser malvado, es decir, siempre que se obra mal, se obra así por ignorancia; nadie es malo por propia voluntad.
 Según Aristóteles, Sócrates no tiene en cuenta la debilidad de la voluntad, la falta de autocontrol, la incontinencia, el efecto del apetito o la pasión. Es posible ver lo mejor (conocer el Bien), y seguir lo peor porque existe la incontinencia, la falta de autocontrol que Sócrates no admitía, pero Aristóteles sí.
 3) Crítica a Platón.
 Platón afirma la existencia de dos mundos: uno de las Ideas (Inteligible) y otro de las Apariencias (Sensible). Sólo el primero es verdaderamente real y está presidido por la idea de Bien. En tanto el mundo sensible es una mera copia de aquel.
Aristóteles, rechazó de Platón, la teoría del dualismo, ya que según él no puedes separar radicalmente las Ideas de los  objetos, si previamente se ha dicho que el origen de los objetos son las propias ideas, por lo que están intrínsecamente ligados.
Para Aristóteles en cambio lo único real es la sustancia sensible (compuesta de materia y forma) y el fin del ser humano es alcanzar el máximo bien (felicidad) en cuanto realizable en este mundo en que vivimos y no más allá de éste, en el Inteligible.
 Su influencia ha sido amplísima y se dejó sentir sobre todo en la cultura medieval, tanto en la árabe (Averroes) como en la latina (Sto. Tomás de Aquino); Aristóteles: fue el filósofo que mas influyo en la forma de pensar de Santo Tomas, estos son los conceptos más importantes que tomo de él, pero matizados por su concepción cristiana de la realidad:
 Ontología: Toma los conceptos de forma/materia, acto/potencia, sustancia/accidentes, conceptos a los que Santo Tomás añade la oposición metafísica esencia/existencia y Dios (frente al Motor Inmóvil de aquél) como fundamento último de la realidad.
 Teología natural: Adopta sus teorías principalmente en la primera, segunda y quinta Vía, pero también en la concepción de Dios como motor inmóvil, acto puro y forma inmaterial.
Filosofía de la naturaleza: Coge de Aristóteles su descripción del mundo físico (las explicaciones finalistas del mundo natural, o la división del mundo en mundo sublunar y mundo supralunar).
 Teoría del conocimiento: Igual que aquél, da primacía a la experiencia en la fundamentación del conocimiento, aunque éste no se limita a lo dado a los sentidos: podemos conocer las realidades trascendentes (Dios y el alma).
 Antropología: concepción biologista del alma, división tripartita del alma: vegetativa, sensitiva e intelectiva, aunque Santo Tomás defiende con más claridad la inmortalidad del alma espiritual individual.
Ética: el concepto y la clasificación aristotélica de la virtud, pero Sto._Tomas añade las virtudes sobrenaturales.
    Política: emplea las ideas de Aristóteles sobre la ley natural, y las completa con la referencia a la ley eterna (ajena al pensamiento aristotélico).
4.4. EL PENSAMIENTO DE ARISTÓTELES EN SU CONTEXTO HISTÓRICO, SOCIAL Y CULTURAL.
 El siglo V es el siglo de gran esplendor de la ciudad-estado griega de Atenas. Esplendor político con la democracia ateniense para los hombres libres. Sin embargo, en el orden social sigue estandoe da la esclavitud.
Aristóteles de Estagira fue considerado como el “maestro de los que saben” o el “filósofo” hasta bien entrado el Renacimiento. Su vida transcurre en una época en la que se está derrumbando el ámbito socio-económico en el que se desarrolló la civilización griega, fundamentada en la polis.
La filosofía se va a resentir fuertemente de esta crisis global y va a centrarse en la especulación ética sobre todo a partir de Aristóteles. La ética se va a ocupar, de manera casi exclusiva, de la salvación del individuo, al margen de una sociedad con la que el filósofo ya no se identifica y para la que no busca ninguna solución, pues no la considera ni siquiera posible.
El siglo IV está marcado por un gran desarrollo  cultural, a nivel  artístico, histórico y científico.

Nociones Aristóteles


2.1. LO NECESARIO Y LA CIENCIA.
 La ciencia tiene como método la demostración cuyos resultados son conclusiones de validez universal y su objeto es lo necesario.
Reúne estas características: Sólo hay ciencia de lo universal no de lo singular. Es un conocimiento de lo necesario, de “lo que no puede ser de otra manera. Es un conocimiento por las causas. Se puede enseñar. Se obtiene por demostración. Es un conocimiento verdadero y cierto como consecuencia de lo anterior.
La ciencia funciona demostrativamente, y consiste en que a partir de unos enunciados dados puedan obtenerse unas conclusiones. El esquema de demostración más simple es el silogismo. El silogismo parte de lo universal. Un silogismo es un esquema de razonamiento tal que a partir de dos enunciados denominados premisas, que han de estar conectadas entre sí por un término medio y de modo correcto, se puede obtenerse una conclusión. El silogismo en general es un proceso deductivo ya que extrae verdades particulares de verdades universales. 
Aristóteles se plantea ¿cómo se captan las verdades universales? Hay dos maneras: 1ª La inducción que es un proceso por el que se va de lo particular a lo universal, 2ª La intuición que es la captación pura por el intelecto de los primeros principios. Una visión inmediata. También la podemos llamar evidencia.
La demostración no es sino una clase especial de silogismo. No todo silogismo produce un conocimiento científico sino únicamente aquel que se apoya, en último término, en unos primeros principios que han de ser inmediatamente evidentes e indemostrables.
La sabiduría es la virtud intelectual más perfecta y reúne la intelección y la ciencia. Se ocupa de lo más excelente porque lo más excelente es lo necesario, eterno y que no cambia. En esto se diferencia del arte que se ocupa de lo que cambia, en su caso, de la producción y de la prudencia que también se ocupa de lo que cambia, de aquello que nos conviene hacer en nuestra vida pública o privada.

 2. 2. LA PRODUCCIÓN Y LA ACCIÓN.
 El método del arte es la deliberación; su objeto es lo contingente, pero entendido como acción productiva que no es en sí misma su propio fin ya que su fin está en la construcción de algo útil y bello.
A diferencia de lo necesario, que sólo puede ser de un modo, lo contingente puede ser de dos maneras: como acción o como producción. De la primera se ocupa la prudencia y de la segunda el arte. El resultado de ambas puede ser de otra manera, pero se diferencian en que la acción tiene su fin en sí misma y la producción no es en sí misma un fin, sino que tiene su fin en otro, a saber, lo producido. Una acción valerosa, o generosa, o justa es un fin en sí misma y la realiza quien posee las virtudes correspondientes. La buena acción en cuanto tiene su fin en sí misma ha de ser un elemento constitutivo de lo que es fin último y bien máximo, es decir, la felicidad. En efecto, no hay felicidad sin sensatez o prudencia y la buena acción la requiere.
 El arte, es una virtud intelectual que consiste en aquel conocimiento que es principio de la producción, de suerte que quien lo posee puede producir bien una cosa, de acuerdo con la forma y el uso que le son adecuados. Así decimos de alguien que es un buen arquitecto porque posee el arte de la arquitectura, es decir, los conocimientos que le permiten producir buenas casas o templos y por tanto adecuados al fin de habitar o adorar al dios.
 Aristóteles nos dice que el principio de la producción del artefacto u objeto artístico está en otro, en el artesano que posee el arte y no en sí mismo. Con ello pretende diferenciar el arte de la naturaleza, pues el primero tiene un principio externo de producción y la segunda un principio interno que reside en el propio ser natural. Aristóteles dice que las cosas naturales "tienen su principio en sí mismas".
 Seguidamente Aristóteles compara el arte con la tyché que es traducida por azar, es decir, espontáneamente. El arte y la suerte o fortuna coinciden en que tienen por objeto lo contingente y se dan de manera accidental o por casualidad.
 Arte y naturaleza coinciden, ya que, en que ambos son procesos teleológicos, orientados a la realización de un fin. Más aún, ambos emplean los mejores medios posibles.


 2.3. PRUDENCIA Y MODERACIÓN.
         Se llama sensato o prudente al que reflexiona adecuadamente acerca de las acciones que más le conviene realizar en cada momento, elige adecuadamente y lleva en consecuencia una buena vida. Se distingue de la ciencia como virtud intelectual porque ésta discurre sobre lo necesario por medio de la demostración y la prudencia se ocupa de lo contingente mediante deliberación, es decir, mediante un proceso reflexivo acerca de alternativas de acción que se refiere a los mejores medios para el logro de un fin, la buena vida, y cuya conclusión es la decisión, principio de la acción. Se diferencia también del arte porque éste se ocupa de la producción, cuyo fin es distinto de ella misma, mientras que la prudencia se ocupa de la acción  que es un fin en sí misma y de los mejores medios para su realización en cada momento. El método de la prudencia es la deliberación cuyo resultado son decisiones de validez particular referidas a fines y medios; el objeto de que se ocupa es lo contingente entendido como acción que es en sí misma su propio fin.
 En rigor, se distingue de todas las virtudes intelectuales porque es a un tiempointelectual y moral; intelectual por reflexionar con la razón y moral porque se ocupa de las acciones que forjan el carácter y nos hacen éticamente virtuosos. Según Aristótelesno hay virtud moral sin prudencia, porque cuando ésta falta no se atina con el bien o lo conveniente; pero tampoco hay prudencia sin virtud moral, pues sólo el virtuoso tiene como fin una vida buena y la prudencia delibera acerca de los mejores medios para alcanzarla. “La virtud hace recto el fin propuesto y la prudencia los medios que a él conducen”..
 Seguidamente se ocupa de la relación particularmente estrecha que existe entre lasophrosyne  y la phrónesis, de suerte tal que el significado de la primera sería el de salvaguardar la segunda. Ello es así porque la templanza es aquella virtud moral que consiste en el justo medio entre dos extremos o vicios, el de aquel que se deja llevar y se excede en los placeres corporales, en particular los sensuales, y el de aquel que es insensible a los mismos. La templanza es moderación, autodominio respecto a esos placeres. Quien carece de ella y se deja arrastrar por los placeres pervierte su juicio respecto a lo que le conviene y debiera ser el fin de su vida. De este modo se vuelve imprudente o insensato.
Aristóteles concluye con una definición más precisa de la prudencia: "disposición racional verdadera y práctica respecto de lo que es bueno para el hombre". Disposición traduce el término griego hexis que también se traduce por hábito. Con esto se significa que la prudencia es un modo de reflexionar arraigado en el ser humano y no flor de un día. No llamamos prudente al que en una ocasión o dos se comporta sensatamente, sino al que habitualmente lo hace a lo largo de una vida. Es verdadera porque el juicio ha de ser correcto acerca de la acción que conviene realizar. El juicio propio de la prudencia es la opinión. De las partes racionales del alma, es la razón práctica la que se ocupa de las acciones y como las acciones son contingentes, los juicios que le son propios son opiniones que, no obstante, han de estar fundadas en razones.
 En cuanto a la relación con el arte, que también trata de lo contingente, además de la diferencia ya establecida de que el arte se ocupa de la producción que tiene su fin en otro y la prudencia con la acción, que tiene su fin en sí misma, cabe destacar que, según Aristóteles, hay una excelencia del arte pero no de la prudencia. Con ello significa que en el caso del arte hay un dominio mayor o menor del conocimiento artístico y así se es mejor o peor artista, pero en el caso de la prudencia no, pues o se es prudente o no se es. Además, en el arte es preferible el que yerra voluntariamente, pues ello es señal de que conoce su oficio, mientras que en el caso de las virtudes morales el que hace lo inconveniente porque quiere es peor que quien lo hace involuntariamente.
 Estrechamente relacionadas con la phrónesis están la deliberación y la elección. Ladeliberación se ocupa de las cosas que podemos hacer nosotros mismos, especialmente cuando hay más de una forma de intentarlas. La deliberación es el proceso reflexivo respecto a las alternativas de acción que más nos convienen y cuya conclusión es la elección. La deliberación se emprende con miras a descubrir los medios mejores para realizar un fin predeterminado. El hombre prudente es el que delibera bien y sabe elegir en situaciones concretas los mejores medios con el fin de lograr una buena vida. La elección pertenece a la esfera de lo voluntario y es una combinación del deseo con la razón o un deseo deliberado de lo que está en nuestro poder.
La prudencia se ocupa de aquello que nos conviene en nuestra vida privada, pero también en nuestra vida pública y entonces la prudencia se considera política y de ahí que todo buen político haya de ser prudente, como indica Aristóteles.